Hablemos de las autolesiones; sin tabúes.

Clara era una niña de 13 años con muchos problemas de conducta; apenas aguantaba estar en clase 15 minutos antes de que la expulsaran. Hiciera frío o calor, Clara siempre llevaba manga larga y cuando le preguntabas si no estaba pasando calor, siempre levantaba los hombros y decía: bueno. Después de largas sesiones con ella a solas, empecé a ganarme su confianza y empezó a contarme como se sentía y qué le pasaba. Un día me fijé en sus muñecas y vi, de manera muy clara, las marcas de unos cortes.

Este no es un caso aislado ni mucho menos. Hasta un 30% de adolescentes se han autolesionado alguna vez en la vida y 1 de cada 10 lo ha hecho durante el último año de forma recurrente (datos del Hospital Clínic de Barcelona).

Las autolesiones son agresiones que se hace una persona a sí misma de forma intencionada y pueden ser de muchos tipos: cortes, golpes, quemaduras, mordeduras, rasguños, pellizcos…

Cuando le mostré mi preocupación a Clara al verle los cortes me dijo: «Cuando estoy muy triste o muy enfadada, lo hago y me hace sentir mejor». Aunque las razones por las que los adolescentes se autolesionan son variadas (como puede ser por causa de un trastorno mental, llamar la atención, etc.), la mayoría lo hacen para aliviar, de manera temporal, el dolor emocional que sienten.

Como padres y profesores, lo primero que debemos hacer es identificar que nuestro hijo o alumno se está autolesionando. Algunas señales de alarma son:

  • Uso de manga larga, incluso cuando hace calor
  • Negarse a realizar actividades que muestren ciertas partes del cuerpo (ir a la piscina, cambiarse en el gimnasio, etc.)
  • Pasar mucho tiempo solo/a en la habitación o en el baño ya que la acción de autolesionarse se hace a escondidas.
  • Tener lesiones frecuentes que no pueden explicar.

Es muy importante que, una vez se hayan identificado, NO se ignore el tema:

  1. Se debe hablar con el adolescente y, sobre todo, escucharle. La actitud debe ser de comprensión y afecto, no de juicio.
  2. Se debe solicitar la ayuda de un profesional sanitario de la psicología para que, después de una evaluación, pueda trabajar con él temas como la gestión de emociones, estrategias de distracción, mejora de habilidades de comunicación, etc.
  3. No debes culpabilizarte ni sentirte responsable pero sí que es importante que sigas las indicaciones del profesional ya que tu papel va a ser clave para ayudarle.

Algunas estrategias que puede usar el adolescente cuando experimente emociones negativas y sienta que debe autolesionarse son:

  • Hacer otras actividades para distraerse y/o relajarse como hacer deporte, escuchar música, mirar una serie, practicar mindfulness, etc.
  • Escribir o dibujar para expresar las emociones negativas.
  • Hablar con alguien ya sean los padres, un profesor, los amigos, etc.
  • No pasar mucho tiempo solo/a

Es esencial que NO se ignore el tema y que seamos capaces de hablarlo sin tabúes ya que, como hemos visto, desafortunadamente, es una realidad que afecta a un gran número de adolescentes.

¿Piensas que esta situación podría ser diferente si se realizará una buena educación emocional a niños y adolescentes?

Comparte el post:

Otros posts

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *