Ser adolescente en el mundo de los likes

En mi Instagram personal tengo agregadas a algunas chicas adolescentes y veo en sus stories conversaciones como la que podéis leer en la imagen de la izquierda.

La Royal Society of Public Health y la Universidad de Cambridge sacaron la siguiente conclusión en un estudio que realizaron: «Los jóvenes que pasan más de dos horas al día en redes sociales como Facebook, Twitter o Instagram son más propensos a sufrir problemas de salud mental» (El País, 2017).

Los adolescentes están en un período de su vida en el que, no solo pasan por una serie de cambios físicos, sino que están construyendo su identidad. Los referentes dejan de ser los padres para convertirse en el grupo de iguales. Y las redes sociales juegan un papel muy importante en todo este proceso ya que les aporta un sentido de integración en el grupo.

Muchos adolescentes viven pendientes de los likes. Si una foto no tiene el número de likes que esperaba, daña su autoestima. Y entonces estudia cada pose, edita cada foto para poder obtener más likes. Si hace falta cambia sus gustos para parecerse más a aquello que los demás quieren ver. Incluso puede subir fotos compremetedoras para aumentar el número de likes. Y, después, con cada like se siente valorado/a y reconocido/a.

Pero…¿y las valoraciones que se hacen en stories?

Los adolescentes valoran y puntúan quienes son los más guapos (y seguramente los más feos) de cada curso y de cada clase. Dicen abiertamente quién les cae bien y quién no. Cada vez que alguien escribe el nombre de usuario de Instagram con la @, le llega una notificación a esa persona para que pueda ver la foto o el mensaje en el que aparece su nombre de usuario.

Para ellos no existe la opción de desconectar de esta situación constante de valoración por parte de los demás, ya sea a través de likes o valoraciones directas. Viendo el panorama, creo que es muy normal que muchos adolescentes sufran ansiedad y depresión.

¿Qué podemos hacer como padres, profesores, educadores?

  • Ayudar a desarrollar una autoestima y a construir una identidad adecuada a través de otras actividades como el deporte, la música, el arte, etc. en las que puedan sentirse reconocidos y valorados por cualidades que vayan más allá de su aspecto físico.
  • Educar en la empatía y la compasión. Es imprescindible que los adolescentes puedan mostrarse empáticos en su día a día pero también a través de las redes.
  • Educar en los aspectos positivos y negativos de las redes sociales. Instagram puede ser una buena fuente para compartir con el mundo aquello que te gusta como la fotografía, la música… pero también tiene muchos aspectos negativos de los que ya hemos hablado. Es esencial crear en ellos una perspectiva crítica ante los contenidos que crean y consumen.
  • Supervisar las redes sociales (esto va dirigido especialmente a padres). Es necesario darles una cierta libertad pero también generar un clima de confianza en el que puedas hablar con él o ella de aquello que cuelga en sus cuentas.

¿Qué pensáis sobre el uso de las redes sociales y la adolescencia? ¿Creéis que han aumentado los problemas de salud mental por su uso?

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