Más conectados a la tecnología y menos conectados con la naturaleza…

Esta es mi historia. Crecí en un pueblo de unas 700 personas y, durante gran parte de la primaria, compartí clase con 5 alumnos más. Por la mañana, me iba a la escuela (en bici, patinete, patines, caminando…) y al mediodía, la mayoría de días, me iba al bosque con mi madre y mi hermano a hacer un picnic o simplemente a jugar. Por la tarde, iba a la escuela otra vez y, al acabar, mi amiga y yo corríamos al bosque donde construíamos grandes cabañas con troncos de árboles, nos íbamos en bici hasta el monte o nos subíamos a las balas de paja que había en los campos. Mi familia, siempre que podía, estaba al aire libre y, por eso, mi hermano y yo crecimos jugando con la arena en la costa, caminando en la montaña, estando en contacto constante con animales y nadando en los ríos.

Pero no es así la vida de la mayoría de niños. De hecho, el 82% de los niños españoles de hasta 12 años juegan al aire libre menos tiempo del recomendado (al menos una hora diaria para los mayores y al menos dos horas diarias para los más pequeños). Además, los niños españoles pasan una media de 3 horas al día ante las pantallas y una media de 5 horas diarias durante el fin de semana.

Esto es un grave problema porque muchos estudios han encontrado grandes beneficios relacionados con el contacto regular con la naturaleza, sobre todo en el ámbito del bienestar y la salud mental de niños y adolescentes.

Entre los beneficios que aporta estar en contacto regular con la naturaleza encontramos los siguientes:

  • Mayor actividad física
  • Mayor sentido de autoeficacia
  • Mayor creatividad
  • Mayor resiliencia
  • Mejora de los síntomas de TDAH
  • Desarrollo de habilidades motoras y cognitivas
  • Menor estrés
  • Menor ansiedad

La naturaleza y el estar en el aire libre nos provee tanto de situaciones de relajación como de solución de problemas, nos obliga a pararnos y a ser curiosos con aquello que tenemos a nuestro alrededor; es un contexto muy rico de aprendizaje tanto para niños como para adultos.

Hemos llenado las agendas de los niños con actividades, tareas… e incluso les hemos enseñado como deben jugar proveyendo de áreas de juego. Es muy importante que los niños puedan salir a la naturaleza y pasar tiempo jugando de manera libre para poder obtener todos los beneficios que les puede aportar. Pasamos mucho tiempo pensando y planeando cómo darles lo mejor a nuestro/a hijo/a y, a veces, es más sencillo de lo que esperamos.

Esta claro que no todo el mundo vive en medio de la naturaleza y que, estando en medio de una gran ciudad, es más difícil acceder a un espacio en el aire libre para los niños. Aún así, es esencial intentar, en la medida de lo posible, brindar experiencias naturales a los niños: excursiones a la playa, el campo o la montaña, enseñarles a observar aves u otros animales, apuntarles a casales en el bosque, crear un espacio «verde» en casa… ¡haced volar vuestra imaginación!

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